El objetivo de este blog dar a conocer nuestra experiencia como padres de un niño que nació con una hemiparesia izquierda, por si puede ayudar a otros padres que pasen por la misma situación.
En el blog vamos contando las distintas terapias que hemos aplicado a nuestro hijo, y que creemos que pueden ser de interés para otros niños.
En la parte izquierda del blog están las páginas del blog, en las que vamos contando toda nuestra historia clasificada según la edad que iba teniendo el niño. Todos los nuevos Artículos, además de estar en la página "Artículos Recientes", también los copiamos en las páginas clasificadas según la edad, para que quede de una forma mas ordenada en función de la edad del niño.

DE 6 A 7 AÑOS

 

LA FAMILIA


En mayo de 2014, nuestro tiempo de ocio ha aumentado respecto de los primeros años. Tenemos libres 4 o 5 tardes al mes. Y ademas cada 4 meses, tenemos algún fin de semana libre entero. A las reuniones familiares seguimos sin ir a las comidas. Nuestro hijo hace unas 4 horas de rehabilitación por la mañana, y necesita dormir al menos una hora de siesta después de ese palizón. Así que los días de reunión familiar, nos levantamos pronto, hacemos nuestras horas de rehabilitación, comemos rápido, los niños se echan una hora de siesta, y nos vamos corriendo al cumpleaños o celebración que sea. Aunque lo hemos intentado, no llegamos a la hora de la comida, lo mas pronto que conseguimos llegar es a las 4 o las 5 de la tarde. Este es el único “pecado” que hemos cometido con la familia. Como tenemos tan poco tiempo de ocio, casi todo se lo dedicamos a la familia, casi no vemos a los amigos. Este año, como el niño es un poco mas mayor, hemos decidido hacer una excepción con sus dos primos hermanos, y asistir a la comida de sus cumpleaños. Las tardes que mi hijo no se echa siesta y descansa, cojea mucho mas, tiene más riesgo de caerse, y en general su coordinación es peor y se le notan mas sus patrones incorrectos. A pesar de estos riesgos, damos una prioridad total a la relación con sus primos, y hacemos todo lo que podemos por potenciar esta relación dentro de nuestras limitaciones.

A pesar de que se lo hemos intentado explicar muchas veces, y les hemos escrito incluso cartas, nuestra familia no termina de aceptar ni comprender el camino que nos ha tocado vivir. Les sigue molestando que no vayamos a comer, como si no fuésemos porque no queremos. Creo que algunas personas tienen una falta de sensibilidad y empatía total. Antes me afectaba mas, pero ahora me he dado cuenta que hay personas que por naturaleza tienen una falta de espiritualidad y de amor por el prójimo innata, y no se ponen en el lugar del otro. Al final todo se reduce a egoísmo.

Esas personas no entienden que tu tengas en tu vida la rehabilitación de tu hijo como prioridad absoluta, pero ellos si no pueden ir o tienen que llegar tarde a alguna reunión familiar, por un partido de fútbol (por ejemplo), lo ven como una cosa normal. Su escala de valores es totalmente distinta a la nuestra, y por mas que lo hemos intentado, es algo que no se puede cambiar.

No se si nosotros, si no hubiésemos tenido esta experiencia, también pensaríamos así, pero me cuesta creerlo. Mi escala de valores antes de tener hijos, también era distinta a la de esas personas. Siempre he considerado el trabajo, la austeridad (no materialismo), y el sacrificio por el otro como valores a conseguir. Y desde luego estoy casi seguro que no me enfadaría porque una persona llegase tarde a una comida por hacer rehabilitación a su hijo con una minusvalía.
Aunque intento que no me afecte, al final duele que personas tan cercanas tengan tan poca sensibilidad, y tengan una actitud tan negativa hacia tu familia, pero es algo que no puedo cambiar.

Para estas personas son más importantes cosas como las comilonas, el fútbol, tener el mejor teléfono o ir de vacaciones o de fiesta a algún sitio.
Depende de la espiritualidad de cada uno, de sus valores, y en definitiva de la capacidad que tienen de dar amor a los demás, y de su relación con Dios.



LA IMPORTANCIA DE LA FUERZA DE VOLUNTAD Y LA CONSTANCIA

Si ya hemos interiorizado y asumido que nosotros como padres somos los que debemos convertirnos en los rehabilitadores de nuestros hijos, la siguiente pregunta sería ¿cómo lo hacemos?.
Por nuestra experiencia, lo único realmente necesario es “querer hacerlo”, tener la voluntad de hacerlo.
Si estamos convencidos que es el único camino que podemos seguir y que debemos seguir, este convencimiento nos dará la fuerza de voluntad necesaria para conseguirlo.
En realidad lo único que necesitamos es fuerza de voluntad, mucho trabajo y constancia.
El resto, si tenemos esa fuerza de voluntad, se puede aprender. Creo que cualquier padre, aunque no tenga ningún conocimiento sobre medicina o fisioterapia puede aprender lo necesario para rehabilitar a su propio hijo.
Los ejercicios, terapias, masajes, estiramientos, etc, todo eso se puede aprender sin ningún problema. Incluso aunque no hayas ido nunca a la escuela, se puede aprender.
Eso si, es necesario que un buen profesional te lo enseñe, y te diga como aplicarlo a tu hijo, y que pautas debes seguir.
Pero esa es la parte mas fácil de la rehabilitación. El aprender los conocimientos teóricos es realmente fácil porque los ejercicios que debemos hacer con nuestros hijos, son muy fáciles y muchos son juegos.
La parte difícil de la rehabilitación es mantener la constancia y el trabajo diario, y el equilibrio entre cariño y exigencia que tenemos que mantener con nuestros hijos.

BICICLETA MARZO 2014

El 9 de marzo del 2014 fue un día muy feliz. Llevábamos muchos meses practicando y entrenando para que mi hijo pudiese montar en bici, y ya lo hacía perfectamente como cualquier otro niño. Ese día por la mañana fue la primera vez que quedamos con unos amigos del colegio de mi hijo para que jugasen juntos y montasen en bicicleta. Los padres nos sentamos en la terraza de un bar a tomar el aperitivo y los niños jugaban al lado. Da una felicidad enorme ver como tu hijo juega con el resto de niños en igualdad de condiciones. Después de tantos años de lucha, se estaban viendo los resultados. Es otro de esos momentos muy felices que tenemos los padres de niños con hemiparesia cuando consiguen algún logro. Incluso algún niño de su clase aún no sabe montar en bicicleta de dos ruedas, y el se siente muy orgulloso y “muy mayor”de si poder hacerlo.

GESTIÓN DEL COMPORTAMIENTO DE LOS NIÑOS
La mayoría de los padres, con una de las principales dificultades que se encuentran, es que no saben como conseguir que su hijo haga los ejercicios. Además del cansancio que produce hacer la rehabilitación a nuestros propios hijos, esa lucha constante para que hagan los ejercicios, nos desgasta psicológicamente muchísimo.
Los niños tienen una tendencia natural a estar midiéndonos continuamente, hasta llevarnos al límite de nuestras fuerzas, para intentar hacer lo que ellos quieren.
Pero es nuestra obligación no ceder ante sus pretensiones. Hay que ser firmes pero tranquilos, no perder los nervios. Es fácil de decir, pero muy difícil de hacer.
Para conseguir que nuestros hijos hagan los ejercicios, tenemos que mantener un difícil equilibrio entre cariño y disciplina. 
Creo que para hacer una rehabilitación muy intensiva, que es el camino que nosotros hemos elegido, es necesario que nuestros hijos tengan muy claro cual es la jerarquía en nuestra casa, “quien manda en casa”. No se las veces que les habré repetido a mis hijos la frase “se hace lo que dice papá”. Si los niños tienen claro que se va a hacer lo que nosotros decimos, y que no vamos a ceder, al final nos terminarán obedeciendo. Y a medio y largo plazo, es mejor para todos porque el desgaste psicológico familiar será menor, y porque conseguiremos que el niño haga los ejercicios que necesita por su bien.
Pero a la vez, también hay que darles muchos besos y ser cariñoso con ellos.

HÁBITOS ADQUIRIDOS

En 24 de abril de 2014 mi hijo comió de manera espontanea con su mano afectada (la izquierda). Llevábamos ya casi 5 años con la terapia restrictiva, y desde hacia unos meses, en la hora de la comida no le estábamos poniendo el guante restrictivo. Eso si, le recordábamos que tenía que coger la cuchara o el tenedor con la mano izquierda. Tenía la mano derecha libre de apoyo, para sujetar el plato o un trozo de pan. En definitiva, estábamos haciendo lo contrario de lo que dicen habitualmente los médicos y fisioterapeuta, que la mano afectada tiene que servir solo de apoyo. 
Nosotros creemos que la mano afectada, tiene que ser una mano activa. Una mano que no se usa o se usa poco, con el paso de los años se irá usando cada vez menos, hasta que llegue un momento que sea una mano casi inválida. Creemos que nuestros hijos tienen que usar mucho su mano afectada todos los días para que esto no suceda. No hay mejor rehabilitación que el uso diario en actividades cotidianas.
Después de estar pendiente de él unos 2 meses, para que no usase la mano derecha para coger la cuchara, el 24 de abril de 2014, nos sentamos a comer, y mi hijo cogió la cuchara con la mano izquierda, y empezó a comer como la cosa mas normal del mundo. Durante toda la comida no tuvimos que recordarle en ningún momento que no usara la mano derecha. Tenía ya el hábito adquirido. Mi mujer y yo nos mirábamos sorprendidos, hablábamos, a veces jugaba un poco con su hermano, pero a la hora de coger la cuchara siempre lo hacía con la izquierda.
Por nuestra experiencia, nuestros hijos pueden adquirir esos hábitos para usar sus manos afectadas. Cuesta muchísimo trabajo, y horas de terapia restrictiva, pero lo pueden hacer. Esos pequeños hábitos diarios de rutinas normales de la vida, harán que usen sus manos, que estén activas, y que se degraden lo menos posible con el paso del tiempo.
Con 6 años de edad, en abril de 2014, mi hijo ya tenía algunos de esos hábitos adquiridos que solo hacía con la mano izquierda: coger la cuchara o el tenedor, usar el ratón del ordenador, bajar la ventanilla eléctrica del coche, escribir cuando está en casa (en el colegio lo hace con la derecha), jugar a la Wii y presionar el botón del jabón de manos.


EMPATÍA

En mi opinión, actualmente la mayoría de las personas tienen muy poca empatía. No son capaces de ponerse en la situación del otro, de comprender sus sentimientos y su realidad.
Desgraciadamente, creo que en los países desarrollados hay una falta de valores muy grande, no hay amor hacia el prójimo. Vivimos en una sociedad egoísta, consumista, en la que están sobrevalorados los bienes materiales, la diversión, el tiempo de ocio, y casi nadie está dispuesto a sacrificarse de verdad por otra persona. Es cierto que también hay personas espirituales, bondadosas, sacrificadas, con empatía, que dan AMOR. Pero al menos por mi experiencia, son minoría.
Creo que a los padres con niños “diferentes”, se nos ha brindado una oportunidad de agrandar nuestra espiritualidad. De ser mas sacrificados, bondadosos, empáticos, de no valorar tanto lo material, de dar más amor. Nuestros valores y nuestra sensibilidad hacia la vida cambian con niños especiales. Creo que nuestro camino vital nos brinda esa oportunidad de engrandecer nuestro alma, y debemos aprovecharla.