ESPALDERA, TOBOGÁN, COLUMPIO Y BALANCÍN
Desde que mi hijo comenzó a andar, y a
montar en el triciclo, me di cuenta que mi hijo necesitaba entrenar y
hacer muchas repeticiones para conseguir hacer cosas de su vida
diaria que para otros niños eran normales.
Por ejemplo, cuando alguna vez íbamos
a algún sitio en el que hubiese un tobogán, mi hijo no sabía
tirarse por el tobogán, y no podía integrarse con los otros niños.
A la mayoría de niños no hay que
enseñarles a tirarse por un tobogán, ellos solos se suben y se
tiran, y a la tercera vez que lo han hecho lo dominan, y se quieren
tirar de cabeza, subir por la rampa de pie, etc.
A los niños con hemiparesia,
hay que enseñarles todo. Igual que les enseñamos a voltear,
sentarse, gatear o a andar, hay que enseñarles a tirarse por un
tobogán, subir por una escalera o montar en bici.
Con esto me refiero a que hay que
tomárselo como una parte mas de la rehabilitación, y exigirles que
lo hagan bien y hacer muchas repeticiones.
Como en la guardería a la que iba mi
hijo, había toboganes y los niños jugaban con ellos, cuando mi hijo
cumplió 2 años, y andaba un poco mejor, le compramos un tobogán
pequeño para entrenar en casa.
Afortunadamente vivimos a las afueras
de Madrid, y tenemos una casa grande en la que podemos meter todo
tipo aparatos de rehabilitación.
Lo bueno, es que para ellos es un
juguete y es muy divertido, pero al principio tienen miedo por la
inseguridad que les provoca estar en un entorno que no controlan
totalmente.
Durante los primeros meses, practicamos
bastante, ayudándole y enseñándole como se subía y se bajaba del
tobogán, pero después ya lo hacia el solo.
Pusimos el tobogán en el salón para
que el subiese y bajase cuando quisiera.
En septiembre de 2011, mi hijo iba a
comenzar el colegio con 3 años y medio de edad, y para que estuviese
mejor integrado con sus compañeros, teníamos que entrenarle en las
posibles actividades diarias que necesitaría hacer en el cole.
Ya llevábamos un tiempo enseñándole
a bajarse y subirse los pantalones el solo para ir al baño, y
empezamos a practicar mas intensamente la carrera, porque seguro que
jugarían a correr en el cole.
También en agosto de 2011 le compramos
un tobogán grande, un columpio, un balancín y una espaldera.
El tobogán grande lo pusimos en su
habitación, y lo compramos porque el pequeño ya lo dominaba y se le
quedaba pequeño.
El columpio lo pusimos en el jardín, y
es muy bueno para el equilibrio, aunque enseguida llegó el frío, y
casi no tenemos tiempo de usarlo.
El balancín está en el salón, y
también es muy bueno para el equilibrio.
La espaldera está en su habitación, y
la usamos todos los días, para enseñarle a escalar por ella, y para
hacer un ejercicio de rehabilitación de fortalecimiento de brazos.
El niño se sujeta con las dos manos a
una barra que tiene la espaldera en la parte superior, y se queda
colgado – suspendido en el aire en posición vertical.
Las primeras veces que lo hicimos, en
agosto de 2011, mi hijo solo podía aguantar 2 o 3 segundos en esta
posición. En noviembre de 2011 ya aguantaba unos 10 segundos.
Cuando tenga suficiente fuerza en los
brazos, el siguiente objetivo será el braqueo, aunque es un objetivo
muy ambicioso para un niño con hemiparesia.
Todos estos juguetes, en el caso de mi
hijo son herramientas de rehabilitación, que yo considero muy
necesarias para poder entrenar en casa, y después sea mas fácil su
integración con el resto de niños.