VERANO 2011
El verano de 2011 lo dedicamos a hacer
rehabilitación de forma intensiva (8 horas al día). Mas o menos
perdíamos 1 tarde a la semana en actividades sociales, y 2 tardes a
la semana en ir al fisio. Un día iba a nuestro fisioterapeuta de
siempre, y otro día a otro fisio distinto por probar cosas nuevas.
Después de ir un mes y medio al fisio nuevo, dejamos de ir porque
consideré que no nos aportaba nada nuevo.
Fue un verano muy productivo, y a mi
hijo se le notó mucho esa rehabilitación intensiva. Por ejemplo,
cuando volvimos en septiembre a la piscina, el monitor de la piscina
nos dijo que como había mejorado, que se notaba que había
practicado mucho en la piscina ese verano.
La realidad era que mi hijo se había
bañado en alguna piscina ese verano unas 3 veces, y que su mejoría
en la natación era la consecuencia de haber mejorado su
coordinación, su movilidad general, y sus habilidades motoras
básicas.