NATACIÓN
VERANO 2018
En
verano de 2018 apuntamos a mis hijos por primera vez a una actividad
extraescolar.
Mi
hijo con hemiparesia ya tenía 10 años y llevaba tiempo reclamando
que todos sus amigos hacían alguna actividad extraescolar y el no.
Durante el curso escolar esto es imposible por nuestra rutina diaria,
pero en el verano decidimos probar a apuntarles a un curso de
natación.
Estuvieron
apuntados 6 semanas en julio y agosto. Es el típico curso de
natación que se organiza en las piscinas municipales para todos los
niños. Había 3 niveles; niños que no sabían nadar, niños que
sabían nadar un poco y el tercer nivel era para los niños que ya
sabían nadar.
Apuntamos
a mi hijo en el tercer nivel de los niños que ya sabían nadar. Mi
hijo era de los niños mas pequeños de ese grupo. La mayoría de
niños tenían entre 12 y 18 años.
A
mi otro hijo que en julio de 2017 tenía 7 años le metieron en el
grupo del nivel intermedio, pero casi mas por edad, porque nada igual
o mejor que mi hijo mayor.
Mis
hijos ya llevaban años practicando en la piscina de casa y nadaban
perfectamente. Les enseñé yo a nadar. Y en concreto a mi hijo con
hemiparesia tuve que echarle bastantes horas para enseñarle a nadar
y corregir los patrones incorrectos que tenía.
Pero
en el verano de 2018 ya nadaba perfectamente a crol, braza y espalda,
y sin prácticamente patrones incorrectos. Únicamente no estiraba
tanto el brazo izquierdo como el derecho, pero no es prácticamente
apreciable para nadie. Digamos que lo estira al 95% y el derecho al
100%. Un profesor de natación municipal que tiene 10 niños mas, y
tiene a los niños a mas de 10 metros de distancia no se da cuenta de
eso. Yo me doy cuenta porque soy muy perfeccionista y le exijo al
máximo, me fijo en esos pequeños detalles y en la piscina de casa
le tengo a 2 metros de distancia.
Otro
patrón incorrecto es que a estilo crol, mueve un poco menos la
pierna izquierda que la derecha. Pero la mueve. Tampoco es nada
apreciable por nadie.
El
curso de natación en el nivel alto consistía en 1 hora nadando sin
parar de lunes a viernes. Desde que llegaban a las 10 de la mañana
se metían al agua y empezaban a nadar (siempre en la parte
profunda). Iban variando de estilo y ejercicios según les iba
indicando el monitor pero nunca paraban de nadar. Algunos días sobre
las 10:50 hacían algún juego en el agua y no nadaban. El nivel
intermedio de mi hijo pequeño tenía parte de natación pero mucha
parte de juegos.
La
experiencia fue fenomenal. Los primeros días estaban muy cansados,
pero después de la primera semana se adaptaron muy bien. Nadie notó
que mi hijo tuviese hemiparesia. Dentro del agua es como un niño
normal. No se le nota absolutamente nada. Incluso cuando echan
carreras de nadar, queda mas o menos por la mitad, y en carreras de
resistencia hay pocos que le ganen. Fuera del agua como van sin
zapatillas por césped o baldosas que queman o pinchan al andar,
todos los niños andan un poco “raro”, y esa pequeña cojera o
descoordinación que tiene mi hijo al andar, pasa desapercibida.
Además
es un ejercicio de rehabilitación estupendo para nuestros niños, y
es uno de los mejores deportes que pueden hacer. 1 hora nadando sin
parar…..yo no se si aguantaría tanto.
Donde
mas dificultades le vi, fue cuando les dejaban jugar. Esos juegos son
con colchonetas, balones, saltos, etc. Esos juegos exigen rapidez de
movimientos, coordinación y capacidad de reflejos, que es donde mi
hijo tiene mas limitaciones, y es donde mas se notan sus diferencias.
Además mi hijo que es muy prudente, le dan un poco miedo esas
situaciones porque se siente inseguro y el percibe que no está en
igualdad de condiciones que los otros niños.
Así
que en esos juegos el se mantenía en un discreto segundo plano, sin
participar mucho. Algunas veces decía que ya estaba cansado y les
miraba desde fuera de la piscina hablando con el monitor o con algún
otro niño que tampoco quería jugar.
En
resumen, la experiencia nos gustó muchísimo y vamos a repetir todos
los años que podamos.